Las cifras de matriculación siguen cayendo y es necesaria una reinvención de la experiencia estudiantil, empezando desde el reclutamiento y utilizando la tecnología para personalizarla.
Las instituciones de educación superior y continua de todo el mundo tuvieron que recurrir a la tecnología para personalizar la experiencia estudiantil y seguir entregando contenidos y servicios a los estudiantes cuando estalló la pandemia. Como consecuencia de la urgencia y la falta de previsión, algunas acometieron esta transformación digital con más éxito que otras, pero todas aprendieron una importante lección: a partir de ahora, ¡no queda otra que abrazar la tecnología!
¿Por qué? Por muchos motivos, pero sobre todo porque las cifras de matriculación siguen cayendo y es necesaria una reinvención de la experiencia estudiantil, empezando desde el reclutamiento. Una encuesta realizada en EEUU, señala que, en 2020, el doble de graduados de secundaria que el año anterior pospusieron su entrada en la universidad como consecuencia del Covid. Si al declive de estudiantes entrando en la universidad, se suma la dificultad que tienen las organizaciones educativas para retenerlos, el escenario postcovid se complica.
Data al servicio del reclutamiento
Sin embargo, el uso de la tecnología para transformar los datos de los que disponen las instituciones en un conocimiento profundo sobre el alumno potencial es el “as bajo de la manga” que poseen para descomplicar este escenario. ¿Cómo? El principio sería el mismo que el que se utiliza para incrementar la retención y el éxito estudiantil mediante un sistema inteligente de acompañamiento estudiantil.
Es decir, el estudiante entrega información relevante sobre sí mismo a las IES cuando, por ejemplo, en su solicitud de admisión indica qué materias le interesan más, qué puntajes ha obtenido, su comportamiento en el sitio web, etc. Por tanto, se trata de incorporar soluciones basadas en la IA y el machine learning en el proceso de admisiones para que esa gran cantidad de data sea inteligente y accionable. Así, el personal puede ser más efectivo y tomar mejores decisiones en sus relaciones y comunicaciones con los estudiantes. Además, puede hacerlo de forma masiva, y personalizando la experiencia educativa, para entregarles información relevante y que puedan tomar una mejor decisión sobre su matriculación. Esto, sin que suponga más esfuerzo para el personal de la institución, puesto que la automatización de ciertas interacciones permite acompañar a más alumnos.
Por otro lado, un mayor enfoque en la eficiencia desde la admisión puede ser el punto de partida para marcar el tono de una relación personalizada que puede extenderse a lo largo de todo el viaje del estudiante hasta su graduación. Es decir, sería una primera etapa dentro de una estrategia integral de acompañamiento para incrementar el éxito estudiantil.
Pasos para una estrategia de reclutamiento data-driven
- Lograr el apoyo de todos los stakeholders de la institución para conseguir la participación de todos los departamentos, no solo el de admisiones. De esa manera será más fácil unificar toda la data y poner en marcha los cambios necesarios para implementar esta estrategia.
- Integrar la data en una plataforma unificada. Debido a que los estudiantes interactúan con diferentes departamentos, la información suele estar alojada en diferentes lugares, creándose silos que impiden que la institución aprenda sobre esa data. Una plataforma integrada de datos permite obtener data eficiente que genera un mayor impacto.
- Generar servicios y contenido partiendo de esos datos. Al contar con una plataforma unificada, el personal y los profesores pueden descubrir conocimientos muy valiosos sobre los alumnos que les lleve a ofrecer servicios extra y seguir adaptándose a sus necesidades.
- Monitorizar y mejorar la experiencia del servicio de admisiones. Si el personal cuenta con data inteligente sobre los potenciales alumnos puede ser más ágil para adaptarse a sus perspectivas y necesidades cambiantes.
- Asegurar un uso ético de la data para que los estudiantes tengan la confianza de que se tratan de acuerdo a la ley, etc.
En conclusión, personalizar la experiencia estudiantil desde el principio al fin del viaje educativo es la nueva normalidad desde el estallido de la pandemia. La buena noticia es que contar con un sistema inteligente de acompañamiento estudiantil que permita adaptarse a esta nueva normalidad ahora es posible incluso cuando los alumnos están valorando en qué carrera o curso matricularse.