nudging y éxito estudiantil

¿Por qué el COVID ha impulsado el ‘nudging’ en la Educación Superior?

En este blog hablamos del concepto del «nudging» en la Educación Superior y su capacidad junto con la tecnología adecuada de impulsar el éxito estudiantil durante una época tan complicada y sin precedentes como la actual. Consulta estos consejos para implementarlo en tu institución.

La pandemia ha devuelto a la palestra el uso del nudging en la Educación Superior y su capacidad para impulsar el éxito estudiantil en una época tan complicada y sin precedentes como la actual.

Pero, antes que nada: ¿qué es el nudging? Ya hablamos acerca de este término en un reciente blog del CEO de Nimbi, Juan Pablo Courbis. En resumen, el nudging en el ámbito educativo no es otra cosa que el uso de alertas y mensajes dirigidos con la intención de ofrecer servicios de apoyo a los estudiantes en determinados momentos de su viaje hasta la graduación. Estas alertas y mensajes se envían a los alumnos a través de correos electrónicos, mensajes de texto al teléfono (SMS) y, en algunos casos, llamadas telefónicas para informar de fechas clave, recursos fundamentales para su educación y para apoyarlos con los recursos de acompañamiento estudiantil de que se disponga. Lo anterior, se combina con los datos de los que disponen las instituciones acerca de ellos para discernir qué tipo de información de apoyo necesita quién y cuándo.

Es decir, se utiliza la tecnología para llegar a la masa de alumnos de una universidad en concreto, pero atendiendo a las necesidades particulares de cada uno. Si está bien diseñado, y en sintonía con los objetivos que marca la institución educativa que lo utiliza, mejora, entre muchasotras cosas los resultados académicos, fomenta la participación o engaging de los estudiantes y, en última instancia, permite incrementar la retención.

¿Por qué ahora?

No es ningún secreto que la crisis del COVID y la obligatoriedad de pasar a un modelo digital han supuesto retos sin precedentes para la educación, tanto en la manera de estudiar como en las relaciones de todo tipo que mantienen los estudiantes con las instituciones educativas para realizar tareas administrativas como la solicitud de becas, formalización de matrículas, etc. Para todos los estudiantes, pero en especial los de primer año, este nuevo escenario ha supuesto una presión o carga de estrés añadida porque además, a nivel personal o familiar, muchos de ellos están viviendo situaciones complicadas de tipo económico o social como consecuencia de la crisis sanitaria.

Y aquí es donde entra el nudging, porque si en condiciones normales ayuda a estructurar las alertas y ayudas que se proporcionan a los estudiantes, ahora también puede enviarles el mensaje positivo de que la universidad se preocupa y está pendiente de ellos y de sus necesidades particulares durante esta época tan complicada. Además, abre una vía de comunicación extra para que trasladen sus inquietudes a la institución educativa en caso de necesitarlo.

Pero hay que destacar que el nudging tiene que ser realizado de forma efectiva y con sentido. Y subrayamos esto último porque este tipo de intervenciones simples y eficientes desde el punto de vista económico habían sido objeto de debate en alguna ocasión. En concreto, el reciente artículo de Inside Higher ED, titulado “The value of effective nudging during Covid”, hace un pequeño repaso del recorrido de esta estrategia tan popular en los departamentos de apoyo estudiantil de las instituciones universitarias y nos recuerda los beneficios del nudging, pero sin dejar de lado algunas dudas del pasado respecto a su uso.

En particular, este artículo señala que algunas universidades que lo utilizaban antes de la pandemia se habían preguntado si el nudging no era simple y llanamente una manera de enviar mensajes recordatorios a los estudiantes. Y para arrojar algo de luz sobre su utilidad práctica explica cómo la oficina de éxito estudiantil de la Universidad de Nueva York (NYU) ha implementado una campaña el pasado semestre para experimentar con dos intenciones primarias distintas al recordatorio puro y duro.

Por ejemplo, desde NYU enviaron una primera ronda de mensajes con consejos para incentivar comportamientos a largo plazo que llevan al crecimiento personal o académico y, más tarde, una segunda ronda con un mensaje cuyo objetivo era abrir vías de comunicación que permitieran crear más oportunidades de apoyo individualizado. Desde esta universidad señalan que los resultados obtenidos les hacen ser optimistas y actualmente continúan experimentado para mejorar el proceso. “Un 94% de estudiantes dijeron que los mensajes recibidos les hicieron sentir que alguien de NYU se preocupaba por su éxito”, comentan.

Consejos para implementar una campaña

  1. Que el alumno sienta que tras el mensaje hay una persona, que le habla de forma personal y directamente de la institución educativa, para que no tenga la sensación de que el mensaje es autogenerado. Puedes incluir la firma de un empleado de la universidad e incluso una foto del mismo.
  2. Contempla la posibilidad de utilizar mensajes firmados por los propios estudiantes, no solo por los empleados de los departamentos de coordinación estudiantil, porque los alumnos también valoran y prestan atención a la opinión o experiencias de sus pares. (ej: yo también pasé por esto cuando estaba en mi primer curso universitario, te recomiendo…)
  3. En cuanto al tipo de contenido y calendario de envío de mensajes, trata de seguir o que coincida, en gran parte, con las fechas claves del calendario académico.
  4. Que los mensajes sean específicos para el tipo de audiencia que quieren alcanzar (ej: alumnos de primer año con baja asistencia y bajas notas).
  5. Que sea una voz auténtica y positiva.
  6. Colabora con otras partes o departamentos del campus para que los alumnos sientan que reciben mensajes unificados desde distintos ámbitos.
  7. Piensa que no siempre requieren una acción o respuesta inmediata, diséñalos pensando que también tienen que incentivar pequeños cambios en la conducta de los estudiantes.
  8. Ten siempre en cuenta la hipótesis central de Richard Thaler, padre de la economía del comportamiento, que dice: “si quieres que la gente haga algo, hazlo fácil. Remueve los obstáculos”.

Conclusión

El aspecto positivo de la obligada transición a una cultura digital tanto en la impartición de los cursos como en las tareas administrativas de las que hablamos al principio del blog han permitido construir y afianzar este tipo de comunicación con los estudiantes, así como experimentar con otros nuevos.

Sin embargo, es cierto que el nudging no es necesariamente una barita mágica capaz de solucionar todos los problemas derivados de esta nueva realidad. Sin embargo, sí puede lograr, con ayuda de la tecnología adecuada, objetivos bien marcados y una intención clara detrás, atender de forma efectiva, escalable y eficiente a los estudiantes, según sus necesidades en cada momento de máximo riesgo hasta llegar a la graduación. Y lo que es más importante: abre vías de comunicación que podrían facilitar el éxito estudiantil en un periodo estresante para ellos.

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